Luis «Toto» Caputo perdió la pulseada con el FMI. Para que le liberen los fondos que necesitaba de manera desesperada por la corrida contra el dólar, aceptó devaluar un 30%, eliminar el cepo y el dólar blend. Ahora el dólar flotará entre bandas que van de 1000 a 1400 pesos.
A cambio, la Argentina recibirá un primer desembolso de USD 12.000 millones con los que el ministro espera poder contener la divisa por lo menos hasta las elecciones de octubre. Se trata de una derrota fundamental del relato de Milei y Caputo que negaron hasta el cansancio la posibilidad de una devaluación y calificaban de mandriles a quienes la veían como una consecuencia lógica de un modelo económico que hace rato dio muestras de agotamiento.
La exigencia del FMI era la devaluación y flotación entre bandas. En el esquema que anunció el gobierno, el dólar podrá fluctuar dentro de una banda móvil entre $1.000 y $1.400, cuyos límites se ampliarán a un ritmo del 1% mensual.
El sistema es sencillo, cuando el dólar supera el techo de la banda, el Central está habilitado a vender reservas para contenerlo. Fue la manera que encontró el FMI para tratar de ponerle un freno a las intervenciones de Caputo y evitar que se fume todo el nuevo crédito. En el pasado este sistema cuando se aplicó en la Argentina -por ejemplo en el gobierno de Macri – fracasó. Por eso, Caputo lo resistía. «El mercado te toma el tiempo y van todos a comprar dólares al techo de la banda».
La eliminación del cepo significa que desde el lunes los ciudadanos no tendrán restricciones para comprar dólares al valor oficial -en la City ya especulan que abrirá a $1320- y se permitirá la distribución de utilidades a accionistas del exterior a partir del 2025. Es decir que los más de USD 7.000 millones de utilidades pisadas a las empresas, no entran en este esquema. Sencillo, se libera el flujo y no el stock del cepo.