La Selección de Scaloni se quedó con el bicampeonato en la despedida de Di María.

Otra vez Argentina en lo más alto de fútbol. Otra vez, Lionel Messi levantando una copa (¿la última de su carrera?). Otra vez y por última vez, Ángel Di María celebrando un título. Otra vez, «Dibu» Martínez, «Cuti» Romero, Julián Álvarez, Rodrigo de Paul y el resto de los muchachos saltando, cantando, festejando y haciendo la historia. Otra vez, Lionel Scaloni y su gran cuerpo técnico, al frente de un equipo campeón.

Cuarta final jugada y cuarta final ganada. Así como en Río de Janeiro, Londres y Doha, ahora fue Miami el domicilio de una alegría que bien entrado el lunes, tuvo epicentro inmediato en millones de hogares del país. En los barrios mas elegantes, pero también en los más humildes. La Selección Argentina, verdadero equipo del pueblo que une lo que todo lo demás desune, derrotó 1 a 0 a Colombia con un gol de Lautaro Martínez a los 7 minutos del segundo tiempo suplementario y alzó por 16º vez y segunda consecutiva la Copa América, el torneo de selecciones nacionales más antiguo del mundo.

Lástima que el escándalo de la previa deslució lo que debió haber sido una gran fiesta de principio a fin. El partido empezó con una demora de 75 minutos porque los portones de acceso al Hard Rock Stadium fueron sobrepasados por miles de hinchas, en su mayoría colombianos, que lograron ingresar sin entradas y colapsaron los controles policiales. Hubo corridas, heridos, detenidos, momentos de descontrol y absoluta impotencia de Comembol y la seguridad para poner en caja la situación. Miles de personas vieron el partido en forma gratuita. Miles, con los boletos en las manos no pudieron pasar. Un bochorno.

El partido en sí fue todo lo complicado que se preveía. Le costó a la Argentina el primer tiempo encontrar líneas de pase porque Colombia presionó desde tres cuartos de cancha hacia atrás y encimó a los receptores. Entonces, se dependió demasiado de los saques largos de «Dibu» Martínez. Messi debió bajar para entrar en juego y la pelota tampoco le llegó a Julian Alvarez. Colombia jugó mejor de a ratos. Pero sin llegar al arco argentino.

Las conmovedoras lágrimas de Messi que salió lesionado a los 19 minutos del segundo tiempo no achicaron a la Selección. Su reemplazante, Nicolás Gonzalez entró bien al partido y Enzo Fernándezy Alexis Mac Allister le dieron al equipo el control del juego que le estaba faltando. Por eso, la Selección cerró mejor el segundo tiempo, con más aire, presencia y caracter que una Colombia que se fue apagando. Pero a la que no pudo quebrar en el marcador.

Scaloni oxigenó el equipo para el alargue con los ingresos de Lautaro Martínez, Lo Celso y Paredes por Julián Alvarez, Enzo Fernández y Mac Allister. El partido estaba para cualquiera. Y a los 7 minutos de la segunda etapa, los tres que ingresaron se conjugaron para darle a la Argentina el gol que valió otra Copa: Paredes recuperó una pelota, Lo Celso habilitó a Lautaro y el goleador convirtió mano a mano ante Vargas. Argentina bicampeón de América. Con presencia y convicción ganadora. Para toda la alegría de un país que durmió menos con tal de festejarla.

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