Los incrementos en las tarifas de gas, luz y agua más la inflación, inciden fuertemente en el rubro.
La devaluación del peso, la inflación y la retracción de la gente respecto de sus finanzas domésticas -tras los drásticos cambios económicos a nivel nacional- están repercutiendo severamente en un rubro que tuvo su “época dorada”, y que se agigantó con un título que supo defender durante décadas en Santa Fe: el boom gastronómico. Hoy, los bares de esta capital sufren una caída en el consumo del 40 % promedio.
Este panorama crítico no pasa únicamente aquí. Según el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del Indec, el nivel de actividad en bares -también se computan restaurantes- viene registrando desde enero una significativa caída en el nivel de concurrentes, que oscila entre el 20 y el 50 % promedio a nivel nacional.
Algunos arriesgan un panorama aún peor. La caída del consumo en estos locales es tan serio que puede establecerse cierto parangón con la época pandémica. “Para nosotros, enero y febrero estuvieron, en la provincia de Buenos Aires, menos mal de lo esperado. Pero marzo y abril fueron los más difíciles”, había declarado a un diario porteño Daniel Prieto, de la Asociación de Restaurantes, Confiterías y Cafés.
De la euforia a la retracción
Cabe recordar que cuando se levantaron totalmente las restricciones por el Covid-19, empezó a verse una suerte de euforia colectiva en la ciudad: gentes de todas las edades volvieron a copar las cafeterías, las heladerías, los bares, pubs y restós (incluso los drugstores). Esa etapa fue volver a ver la luz al final del túnel para el rubro, por largos meses sin poder abrir sus puertas debido al coronavirus.
Pero ahora, aquel repunte se empantanó. Esa caída del 40 % del consumo puntualmente en los bares de esta capital, hay que sumarle que en algunos casos llega al 60 %. Impactan en el funcionamiento de los locales gastronómicos los incrementos de las tarifas de luz, gas y agua; los alquileres; los costos sociales (empleados), las subas de los productos de elaboración, más las cargas impositivas.
Diagnóstico
“La situación es realmente crítica. Según los datos que tenemos al mes pasado, estamos en un 40 % de caída del consumo. En algunos locales, ya se está llegando al 60 % de menos asistentes o comensales, que son aquellos a los que más les está impactando la suba de la electricidad”, le explicó a El Litoral Maximiliano Chiarelli, presidente de la Cámara de Bares de Santa Fe.
Como se dijo, la situación de estos locales se complica por los importantes incrementos en electricidad, agua y gas, además de los alquileres. Pero hay otro elemento de incidencia: el 50 % de la actividad de un bar se va a los proveedores.
FUENTE: EL LITORAL