Verónica es solo uno de los casos. Los cierres de plantas de distintas firmas a lo largo del país potencian un estallido de desempleo que se considera inminente.

La economía argentina continúa mostrando signos de recesión y el sector productivo es uno de los más golpeados. En las últimas horas, dos casos emblemáticos encendieron las alarmas: la metalúrgica Futura en Gualeguaychú, que anunció su cierre, y la láctea Verónica en Santa Fe, sumida en una grave crisis financiera y productiva que pone en jaque cientos de puestos de trabajo. Además el comercio sufre una crisis de ventas histórica.

El panorama en Lácteos Verónica es desolador. Las tres plantas de la firma en Santa Fe —Clason, Lehmann y Suardi— permanecen paralizadas, sin producción ni ventas, mientras sus 700 trabajadores reclaman el pago de salarios adeudados. Hasta la fecha, los 438 empleados de la compañía solo han recibido un 54% de sus haberes de abril, abonados en cuotas mínimas, profundizando la incertidumbre y la desesperación.

En paralelo, la metalúrgica Futura, una de las industrias más reconocidas del Parque Industrial de Gualeguaychú, comunicó a sus 22 empleados la drástica decisión de cerrar sus puertas. La empresa, que proveía soluciones metalúrgicas de alta calidad a nivel local, regional y global, adujo falta de ventas y pérdida de competitividad con los mercados externos como los motivos del cese de actividades.

A la crisis por el cierre de empresas se le suma el desastre de las ventas en comercios, tiendas de ropa, panaderías, carnicerías, nadie se salva. A la baja en las ventas además hay que agregarle la suba de tarifas e impuestos, para la mayoría de los comerciantes el panorama es desolador y nadie ve donde está el fondo de todo esto.

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