Avisa que sale del carry trade, que hay que «dar un paso atrás con Argentina», augura que viene «ruido electoral» y arriesga que la política cambiaria de Caputo-Milei terminará con una mayor pérdida de dólares.
El banco estadounidense JP Morgan, cantera de banqueros especulativos de la que emergieron casi todos los funcionarios del ministerio de Hacienda que comanda Luis Caputo, emitió este viernes un lapidario informe contra la política económica del Gobierno de Javier Milei. El trabajo -que se giró de manera exclusiva a inversores de todo el mundo y cuyas partes centrales adelantó este domingo Página I12-, generó una catarata de mensajes en redes sociales y molestó en el quinto piso del Palacio de Hacienda por el posible efecto negativo que tenga hoy en los mercados.
Es que en el trabajo, que consta de 7 páginas, la entidad pide salir del carry trade (la famosa bicicleta financiera), dar «un paso atrás» respecto a inversiones en Argentina, avisa que el dólar barato terminará en una fuga de divisas por turismo y hasta muestra preocupación sobre por el «ruido electoral». Una de las cuestiones centrales, en este paquete de críticas, es que el fin del carry trade del Morgan supone el desarme de posiciones en pesos, para pasarse directamente a dólares, lo que muestra es que confía poco y nada en la sostenibilidad del programa económico, pero sobre todo del futuro cambiario.
Según supo este diario, el malestar del Gobierno con el JP Morgan por la filtración del informe que publica este diario generó llamados directos de funcionarios de Hacienda a las oficinas de ese banco. «Nos mataron», fue la frase que se escuchó desde Estados Unidos.
Es que en los últimos días, tanto Caputo como el chileno Daza, se habían encargado de decir, en diferentes eventos públicos, que no sólo no había problemas cambiarios, sino que «los empresarios no esperen una devaluación».
En el informe del Morgan se desliza, precisamente, que hay dudas respecto a cuál será el esquema cambiario que habrá, antes o después de las elecciones de octubre. Es la misma duda que tiene todo el sector privado: cómo hará el Gobierno para salir de este atolladero al que llegó por decisión propia, con el único objetivo de intentar arribar a octubre con dólar barato e inflación congelada de manera artificial.